...la Biblia de Jerusalén
I Corintios 9, 16-18
16 Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es
más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el
Evangelio!
17 Si lo hiciera por propia iniciativa, ciertamente tendría derecho a
una recompensa. Mas si lo hago forzado, es una misión que se me
ha
confiado.
18 Ahora bien, ¿cuál es mi recompensa? Predicar el Evangelio
entregándolo gratuitamente, renunciando al derecho que me confiere el
Evangelio.